LA UNIDAD MUCHOS HABLAN PERO POCOS LA PRACTICAN

LA UNIDAD- MUY HABLADA, POCO PRACTICADA

 

Juan 15:11  »Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo. 

Juan 15:12  »Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Juan 15:13  Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Juan 15:14  Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.

Juan 15:15  Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer.

Juan 15:16  No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Juan 15:17  Esto os mando: Que os améis unos a otros. (Tomada de la versión  RV).

 

Juan 15:11  "Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa.

Juan 15:12  Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.

Juan 15:13  El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.

Juan 15:14  Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.

Juan 15:15  y a no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho.

Juan 15:16  Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.

Juan 15:17  Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros. (Tomada de la versión  DHH)

 

 Una buena pregunta para hacernos sería: ¿que tanto queremos  alegrarnos con Jesús y tener una alegría completa? 

El Señor habla de alegría completa, no a medias; pero si observamos a muchos cristianos dentro de la iglesia, no parece que estén teniendo una alegría completa sino solo una pequeña parte de ella. Eso se ha visto ya por largo tiempo en su diario vivir de cada cristiano; y  aun más, en esta época, donde se  están teniendo luchas  continuas en muchas áreas en sus vidas.

Hoy nos encontramos con condiciones poco favorables dentro de la iglesia  del Señor, o con  los miembros de la misma. Se  ha notado que cuando se habla de reunirnos a orar, de  hacer algo espiritual por una ciudad, de hacer algo por algún miembro del cuerpo que no es de la iglesia local, de tener alguna atención por algún  ministro; se reacciona con más facilidad para juzgar, criticar,  o señalar , en lugar de atender a la necesidad presentada. Se están  manifestando en muchos creyentes, actitudes carnales, tales como: el creer que se es más que otros, el demeritar o menospreciarnos entre  nosotros por las condiciones sociales, económicas y aun por el idioma, la cultura; en fin, un sinnúmero de  cosas que ponemos como excusas, para justificar malas actitudes,  y eso no es nada bueno para obtener la alegría completa como Jesús dijo.

 

 Veamos varios puntos  a la luz de las Escrituras, sobre lo que Dios desea y las estrategias que El nos da, para poder ser la iglesia que Jesús soñó:

 

Juan 17:20  »Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

Juan 17:21  para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:22  Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Juan 17:23  Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. (Usando la versión RV)

 

Juan 17:20  "No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos.

Juan 17:21  Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:22  Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa:

Juan 17:23  yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí. (Usando la versión DHH)

 

El pasaje anterior enseña que el Señor ora por todos los que han de creer en Él: "No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos”   Y que con gran amor clama por la unidad. En el verso 21 pide al padre unidad de los que creen en Él; o sea; de nosotros los cristianos de hoy, o nacidos de nuevo que recibirían la salvación por el mismo Jesucristo.

 

Triste y vergonzosa es  ver la relación que hoy los cristianos tenemos entre nosotros;  al saber que dentro del mismo pueblo  que se dice ser de Dios, no hay ese amor de hermanos. Y en muchos, prevalecen los conflictos, las peleas, las traiciones, las mentiras, los engaños, las divisiones y mucho más.

 

 Aun al señalar estos males, aclaro que el propósito de esta enseñanza no es caer en el mismo mal de enjuiciarnos, sino, ayudado con la gracia de Dios,  deseo ser parte de la solución. He entendido que  para resolver un problema, se hace necesario saber cuál es el problema; y es oportuno volver a mencionar un mal, que para la Iglesia de hoy,  pareciera ser  algo sin  importancia, y esto es, la falta de unidad. Esta desunión, sigue siendo en la iglesia un problema mundial; y es un arma que le hemos dado a Satanás.  Sin unidad, la iglesia no es fiel testimonio en el mundo, de Jesucristo. 

 

A causa de nuestra  falta de madurez espiritual en esta área, el testimonio de Cristo en su Iglesia se ve obstaculizado; pues aunque pidamos que la gloria de Dios caiga en una iglesia, en una ciudad, o en un país; lo que solo vemos, son algunos chispazos de lo que abundantemente tendríamos que estar experimentando en este tiempo que vivimos.  Observemos como fue la gloria primera de la iglesia primitiva y  comparémosla con la iglesia de nuestros días;  debiendo tener un grado de manifiesta madurez, aun nos vemos muy infantiles.  La gente en la calle no está siendo sana ni salva como en aquel tiempo, y  la alegría de la iglesia se convierte día a día en angustia. Algunos  rogando por que muchos se salven, pero si la iglesia no está unida y continúa poniendo obstáculos a la unidad, no habrá gloria. Recordemos estas palabras del Maestro

 

Juan 17:22  Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa:

Juan 17:23  yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.  

 

 Y no es que el Señor no nos haya dado de su gloria, es que la falta de unidad de la iglesia no deja que se vea esa gloria. Rogamos porque hayan avivamientos en las ciudades, en las iglesias, pero desafortunadamente detrás de todo ese ruego y deseo,  están los intereses humanos y carnales de vanagloria, al querer ser más grandes que otros, o desear hacer el evento más sonado,  o considerarnos  que seremos los portadores del avivamiento en la ciudad más grande que otras ciudades; en fin, muchas cosas que están fuera de el deseo de Jesucristo que dijo: que sean uno solo.

 

Peguntémonos  si en verdad actuamos como si pertenecemos una sola la iglesia, si en verdad todos los cristianos somos uno, si todos los ministros manifestamos edificar uno solo cuerpo…  escuchamos  comentarios como estos:  el pastor de tal  iglesia es mejor que el pastor de esta;  en mi iglesia se siente más la unción que en la  suya;  Dios me dijo que el avivamiento para la ciudad viene por mi iglesia;  los demás deberían de venia a mí, yo no tengo por qué ir  donde los demás;  como a mí no me visitan,  yo no tengo por qué visitarlos; como no oran conmigo, yo tampoco oraré con ellos;  mientas tenga al Espíritu Santo, no necesito  unirme  con mas cristianos o ministerios;  esos cristianos son un problema prefiero no juntarme a ellos; no tenemos tiempo para perderlo con ellos, van muy atrás en la revelación que nosotros tenemos… y muchos más argumentos que seguramente hemos dicho o escuchado;  pero  como aun estamos para aprender lo que  Jesús nos dijo de queseamos uno solo, estamos obligados a concluir que uno solo,  de acuerdo a la Escritura, es que somos un solo cuerpo, pero con diferentes miembros

 

Pablo nos enseña que tenemos funciones diferentes pero un mismo cuerpo,  y  si el cuerpo unido entre si funciona bien, todo va creciendo uniformemente. Pero hoy  nosotros,  buscamos crecer más que otros; ya mencionado anteriormente, por causa  de nuestros propios deseos humanos, y así no es como la biblia habla,  de que seamos un solo cuerpo.

 

Efesios 2:21  en Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo.

Efesios 2:22  en Él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su espíritu.

 

 

Aunque somos diferentes miembros en su Cuerpo: cabeza, ojos, manos, y muchos más entre otros;  podemos decir que estos miembros están dotados de capacidad para servir en la edificación de la Iglesia. Seleccionados y puestos por Cristo para servir como: apóstoles, profetas, maestros, pastores, evangelistas, ministerios de sanidad, liberación, restauración, alabanza, administración, dirección, y una vasta diversidad de servicios. El hecho es que todos debemos de tener la mente de Cristo,  pues Él es la cabeza del cuerpo, como lo dice:

Efesios 1:22  sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo.  

 

Con ese mal, en el que hemos incurrido,  lo primero será reconocer nuestro pecado y pedir perdón; volver al principio, sabiendo que el deseo de Jesús de la unidad de su cuerpo.

He tenido muchas visiones en mi vida de cristiano, pero hay dos que marcaron mi vida  y quiero compartirlo con ustedes:

 

Una de ellas, fue una tarde, entrando la noche me encontraba  orando por un grupo de jóvenes, y de momento,  me vi en un cuarto,  en una grande habitación totalmente blanca; entonces vi un cuerpo desnudo sobre el piso y pregunte: ¿qué es eso Señor?  Y  me dijo: calla y observa

 

Cuando empecé a ver,  de todos los lados de la habitación salían manos y empezaron a desmembrar el cuerpo que estaba sobre el piso; y miraba como le arrancaban la piel, los dedos, las manos,  los brazos… y así,  desmembraban todo el cuerpo parte por parte;  y  dije: Señor,  ¿esto me va a suceder a mí en el ministerio?  y me dijo que  no,  que eso es lo que le estaba  sucediendo al cuerpo de Él; y entonces vi su cara, la expresión de su rostro, lleno de angustia y dolor, y oí como gritaba. Y después me dijo el Señor, que así está pasando con su cuerpo, la iglesia; y que cada uno, estaba haciendo  como quiere con su cuerpo. y enseguida me dijo:  lee Ezequiel 34.   Y fue  allí que pude de comprender todo lo que me mostraba en aquella visión.

 El Señor me empujó a hacer cosas, por promover la unidad de la iglesia; con actividades, eventos,  que estuvieran orientadas a ese fin. También dijo el Señor,  que iba a llegar el momento en donde la iglesia iba a hablar y a vivir  lo mismo y  entonces íbamos a ver su gloria, por causa de launidad de la iglesia, pero que nos tocaría a nosotros, trabajar en esto.

 

La siguiente visión que comento, se me dio en otra ocasión, cuando estaba orando por la iglesia, junto con otra persona;  y empecé a ver el mapa de mi país totalmente verde.  Luego vi al Padre  en medio  del país y dije: Señor, gracias por estar en medio del país… y nuevamente me dijo: calla y observa: y empecé a ver, como de cada rincón del país,  salían hombres. Eran pastores de ovejas vestidos con ropas oscuras, y las ovejas estaban detrás de estos hombres; pero lo que me causó curiosidad, era ver  que las ovejas estaban amarradas y con las orejas caídas y tristes.  Y cuando cada hombre de estos llegaba hacia el centro, vi y oí cuando el Señor les decía: entréguenme mis ovejas… y Él extendía sus manos para recibirlas; pero cada uno de aquellos hombres miraban al Señor y sacudían su cabeza en forma  negativa y se retiraban con las ovejas amarradas;  no hubo ninguno que entregara las ovejas. Entonces miré cuando el Señor levantaba  su mano  y dijo en fuerte voz: ¡alto!… y al instante todos quedaron quietos,  y tomando a cada pastor del cuello, los levantó y los envió lejos. Al mismo tiempo, soltándose las ovejas,  y estas sintiéndose libres, corrieron hacia el Señor; y allí, vi a cada redil,  feliz frente al Padre. Entonces el Padre, señalaba a una oveja de cada redil y esta daba pasos hacia el frente y mientras caminaban, se convertían en hombres jóvenes de vestiduras blancas, a los cuales, el Señor les entregaba una biblia y les decía:ahora sí,  pastoreen mis ovejas… vi que cuando estos hombres avanzaban retirándose,  llamaban a las ovejas y estas les seguían felices. Recordaba que las ovejas reconocen la voz de su pastor.  

Esta visión fue muy confrontante para mí,  pues  Dios habló fuerte a mi vida, y me dijo: es tiempo que cuentes lo que te he mostrado. Yo te llevaré a muchos lugares y hablarás de esto a los pastores e iglesias que vallas y encuentres…

Esto es lo que hago ahora, creyendo que el sueño de Jesús,  es que seamos uno solo, y ese, se ha convertido también en mi sueño. Siempre he agradecido a Dios por esas visiones,  pues estas han provocado que por donde valla, lleve una palabra de unidad  a la iglesia, y contar algunas de las cosas que el Padre me ha revelado por medio del Espíritu Santo.

 Estemos convencidos, que la unidad de la iglesia trae la gloria de Dios  y deseemos ver esa gloria  en todos los lugares por donde la Iglesia vaya. Teniendo en cuenta, que la iglesia; siempre deberá  tener dirección y orden.

Efe 4:2  Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor;

Efe 4:3  procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos.

Efe 4:4  Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza.

 

Una Palabra para Concluir

 

La unidad la encontramos al inicio de la iglesia primitiva y allí encontramos  enseñanza sobre los principios que el Espíritu Santo nos da para la iglesia:

Hechos 2:1   Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos.

 

La palabra unánimes en el original dice: jomothumadon < de común acuerdo> (de jomos<mismo>; thumos , <mente>). Si vemos esto, dice: la misma menteel mismo pensamiento. Si se piensa lo mismo,  se tiene que hablar lo mismo.  Cuando estaban aquellas personas en aquel aposento, orando lo mismo y pensando lo mismo; se produjo el primer avivamiento de la historia de la iglesia; y el mensaje profético de la biblia nos dice que:la gloria postrera de “esta casa” sería mayor que la primera. Creo que esto es una ley espiritual para el pueblo de Dios; aunque en este tiempo aun vemos las obras mayores, ni que la gloria postrera sea mayor que la primera; y esto, desafortunadamente, es a causa de  que no existe una verdadera unidad en la iglesia del Señor, como El oró que así fuera.  Y esa Unidad, creo que no será cuestión del  toque de Dios  a los corazones, sino de que  cada miembro del cuerpo de Cristo  desee hacerlo. Dios va a conceder ese deseo, porque eso es el deleite de su corazón. 

 

 Sigamos mirando varios ejemplos de lo que hace la unidad, o el estar unánimes:

 

Génesis 11:1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

Génesis 11:2  Aconteció que cuando salieron de oriente hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

Génesis 11:3  Un día se dijeron unos a otros: «Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego». Así el ladrillo les sirvió en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

Génesis 11:4  Después dijeron: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra». 

Génesis 11:5  Jehová descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

Génesis 11:6  Y dijo Jehová: «El pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; han comenzado la obra y nada los hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

 

En el verso 1, se lee claramente, que estaban hablando lo mismo  y más adelante se pusieron de acuerdo en lo mismo e hicieron lo que planearon, hasta que Dios  dijo en el verso 6: “el pueblo es uno y nada les hará desistir…, Dios vio que la unidad del pueblo, los iba a llevar al éxito  de sus planes ‘de llegar hasta el cielo’.  Si hoy la iglesia se uniera, así como los tiempos de babel, Dios vería a su pueblo y seguro diría: “este pueblo está unido, son uno y voy a  respaldar y a apoyarlos en todo”.  Si El habló de la forma que lo hizo, cuando vio a un pueblo actuando en unidad con intenciones equivocadas ¿cómo no habría de hacerlo con su pueblo que responde a una de sus ordenanzas mas benéficas que dejó para su seguidores; y es la de buscar y desempeñarnos en unidad? ¿Qué resultados tan gloriosos tendríamos si estuviéramos dispuestos a unirnos conforme a este ejemplo?  Creo que es tiempo de comprobarlo. Lo positivo de babel, es la unidad; y es lo que ahora, la Iglesia está desafiada para ir en busca de ella, en la ciudad, en el país y en el mundo.

 

Vi un ejemplo de esto, unos años atrás en mi país. El gobierno local convocó a una reunión en la plaza principal de Bogotá. Llamaron a todas las autoridades espirituales y religiosas; y cuando estaban presentando a los líderes de cada entidad religiosa; pasaron al de la iglesia católica, al de los testigos de Jehová, al de los mormones; en fin, varios representantes religiosos; así, cuando  tocó el turno a los cristianos, no pasó uno, sino muchos representando su denominación y cristianos nacidos de nuevo. Después le preguntaron a un obispo católico,  que si no le preocupaba como  crecían las iglesias cristianas en el país; y la respuesta fue: me preocuparía el día que ellos se unieran, pero como no están unidos, no tenemos problema.

 

Esta es una cruda realidad que tenemos que enfrentar ahora y romper  con todo espíritu de separación, división o falta de comunión;  recordemos las palabras de Jesús:

Mat 12:25  Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá. 

 

Confieso que solo por la palabra de Dios y su misericordia, y por lo que Jesús hace, nos sostenemos; pero  tengo la certeza en mi espíritu, que el Señor está colocando este  deseo en el corazón de muchos siervos suyos. Ante esto,  tendremos que dejar el miedo a relacionarnos; deberemos pararnos firmes; hacer constantes convocatorias a la unidad; presentar desafíos al pueblo de Dios.

 

Revaloremos que  tenemos al Espíritu Santo para guiarnos; la Sangre de Cristo para limpiarnos; el Nombre de Jesús para actuar; la Palaba de Dios para ser enseñadnos; sus Promesas para confiar; su Poder y Autoridad  para triunfar  y mucho mas; entonces, ¿por qué no obedecer  lo ordenado por el Señor de Unirnos?

 

Romanos 15:5  Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,

Romanos 15:6  para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Filipenses 2:2  completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa

Filipenses 1:27  Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio

Hechos  4:24  Ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: «Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.

 

Oro que cada persona que lea esto, el Espíritu de revelación, que es el Espíritu Santo, traiga la verdad al corazón y todos empecemos una cruzada por la unidad del Cuerpo de Cristo. Que podamos tener ‘visión de cuerpo’ y trabajemos por hacer lo que Jesús dijo que hiciéramos: ser uno solo, predicando el evangelio del reino.   

 

  • ·         pidamos perdón
  • ·         actuemos con arrepentimiento genuino
  • ·         demos amor a los demás
  • ·         renunciemos  a la altivez y el orgullo
  • ·         

 

Lo declaro en el nombre del Señor Jesús, con la guía y bajo la unción del Espíritu Santo para dar toda la gloria a Dios el Padre.

Apóstol  John Carrillo

Siervo de Jesucristo.

 

 

LA UNIDAD- MUY HABLADA, POCO PRACTICADA

 

Juan 15:11  »Estas cosas os he hablado para que mi gozo esté en vosotros, y vuestro gozo sea completo. 

Juan 15:12  »Este es mi mandamiento: Que os améis unos a otros, como yo os he amado.

Juan 15:13  Nadie tiene mayor amor que este, que uno ponga su vida por sus amigos.

Juan 15:14  Vosotros sois mis amigos si hacéis lo que yo os mando.

Juan 15:15  Ya no os llamaré siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; pero os he llamado amigos, porque todas las cosas que oí de mi Padre os las he dado a conocer.

Juan 15:16  No me elegisteis vosotros a mí, sino que yo os elegí a vosotros y os he puesto para que vayáis y llevéis fruto, y vuestro fruto permanezca; para que todo lo que pidáis al Padre en mi nombre, él os lo dé.

Juan 15:17  Esto os mando: Que os améis unos a otros. (Tomada de la versión  RV).

 

Juan 15:11  "Les hablo así para que se alegren conmigo y su alegría sea completa.

Juan 15:12  Mi mandamiento es este: Que se amen unos a otros como yo los he amado a ustedes.

Juan 15:13  El amor más grande que uno puede tener es dar su vida por sus amigos.

Juan 15:14  Ustedes son mis amigos, si hacen lo que yo les mando.

Juan 15:15  y a no los llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su amo. Los llamo mis amigos, porque les he dado a conocer todo lo que mi Padre me ha dicho.

Juan 15:16  Ustedes no me escogieron a mí, sino que yo los he escogido a ustedes y les he encargado que vayan y den mucho fruto, y que ese fruto permanezca. Así el Padre les dará todo lo que le pidan en mi nombre.

Juan 15:17  Esto, pues, es lo que les mando: Que se amen unos a otros. (Tomada de la versión  DHH)

 

 Una buena pregunta para hacernos sería: ¿que tanto queremos  alegrarnos con Jesús y tener una alegría completa? 

El Señor habla de alegría completa, no a medias; pero si observamos a muchos cristianos dentro de la iglesia, no parece que estén teniendo una alegría completa sino solo una pequeña parte de ella. Eso se ha visto ya por largo tiempo en su diario vivir de cada cristiano; y  aun más, en esta época, donde se  están teniendo luchas  continuas en muchas áreas en sus vidas.

Hoy nos encontramos con condiciones poco favorables dentro de la iglesia  del Señor, o con  los miembros de la misma. Se  ha notado que cuando se habla de reunirnos a orar, de  hacer algo espiritual por una ciudad, de hacer algo por algún miembro del cuerpo que no es de la iglesia local, de tener alguna atención por algún  ministro; se reacciona con más facilidad para juzgar, criticar,  o señalar , en lugar de atender a la necesidad presentada. Se están  manifestando en muchos creyentes, actitudes carnales, tales como: el creer que se es más que otros, el demeritar o menospreciarnos entre  nosotros por las condiciones sociales, económicas y aun por el idioma, la cultura; en fin, un sinnúmero de  cosas que ponemos como excusas, para justificar malas actitudes,  y eso no es nada bueno para obtener la alegría completa como Jesús dijo.

 

 Veamos varios puntos  a la luz de las Escrituras, sobre lo que Dios desea y las estrategias que El nos da, para poder ser la iglesia que Jesús soñó:

 

Juan 17:20  »Pero no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,

Juan 17:21  para que todos sean uno; como tú, Padre, en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:22  Yo les he dado la gloria que me diste, para que sean uno, así como nosotros somos uno.

Juan 17:23  Yo en ellos y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado. (Usando la versión RV)

 

Juan 17:20  "No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos.

Juan 17:21  Te pido que todos ellos estén unidos; que como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, también ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste.

Juan 17:22  Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa:

Juan 17:23  yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí. (Usando la versión DHH)

 

El pasaje anterior enseña que el Señor ora por todos los que han de creer en Él: "No te ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí al oír el mensaje de ellos”   Y que con gran amor clama por la unidad. En el verso 21 pide al padre unidad de los que creen en Él; o sea; de nosotros los cristianos de hoy, o nacidos de nuevo que recibirían la salvación por el mismo Jesucristo.

 

Triste y vergonzosa es  ver la relación que hoy los cristianos tenemos entre nosotros;  al saber que dentro del mismo pueblo  que se dice ser de Dios, no hay ese amor de hermanos. Y en muchos, prevalecen los conflictos, las peleas, las traiciones, las mentiras, los engaños, las divisiones y mucho más.

 

 Aun al señalar estos males, aclaro que el propósito de esta enseñanza no es caer en el mismo mal de enjuiciarnos, sino, ayudado con la gracia de Dios,  deseo ser parte de la solución. He entendido que  para resolver un problema, se hace necesario saber cuál es el problema; y es oportuno volver a mencionar un mal, que para la Iglesia de hoy,  pareciera ser  algo sin  importancia, y esto es, la falta de unidad. Esta desunión, sigue siendo en la iglesia un problema mundial; y es un arma que le hemos dado a Satanás.  Sin unidad, la iglesia no es fiel testimonio en el mundo, de Jesucristo. 

 

A causa de nuestra  falta de madurez espiritual en esta área, el testimonio de Cristo en su Iglesia se ve obstaculizado; pues aunque pidamos que la gloria de Dios caiga en una iglesia, en una ciudad, o en un país; lo que solo vemos, son algunos chispazos de lo que abundantemente tendríamos que estar experimentando en este tiempo que vivimos.  Observemos como fue la gloria primera de la iglesia primitiva y  comparémosla con la iglesia de nuestros días;  debiendo tener un grado de manifiesta madurez, aun nos vemos muy infantiles.  La gente en la calle no está siendo sana ni salva como en aquel tiempo, y  la alegría de la iglesia se convierte día a día en angustia. Algunos  rogando por que muchos se salven, pero si la iglesia no está unida y continúa poniendo obstáculos a la unidad, no habrá gloria. Recordemos estas palabras del Maestro

 

Juan 17:22  Les he dado la misma gloria que tú me diste, para que sean una sola cosa, así como tú y yo somos una sola cosa:

Juan 17:23  yo en ellos y tú en mí, para que lleguen a ser perfectamente uno, y que así el mundo pueda darse cuenta de que tú me enviaste, y que los amas como me amas a mí.  

 

 Y no es que el Señor no nos haya dado de su gloria, es que la falta de unidad de la iglesia no deja que se vea esa gloria. Rogamos porque hayan avivamientos en las ciudades, en las iglesias, pero desafortunadamente detrás de todo ese ruego y deseo,  están los intereses humanos y carnales de vanagloria, al querer ser más grandes que otros, o desear hacer el evento más sonado,  o considerarnos  que seremos los portadores del avivamiento en la ciudad más grande que otras ciudades; en fin, muchas cosas que están fuera de el deseo de Jesucristo que dijo: que sean uno solo.

 

Peguntémonos  si en verdad actuamos como si pertenecemos una sola la iglesia, si en verdad todos los cristianos somos uno, si todos los ministros manifestamos edificar uno solo cuerpo…  escuchamos  comentarios como estos:  el pastor de tal  iglesia es mejor que el pastor de esta;  en mi iglesia se siente más la unción que en la  suya;  Dios me dijo que el avivamiento para la ciudad viene por mi iglesia;  los demás deberían de venia a mí, yo no tengo por qué ir  donde los demás;  como a mí no me visitan,  yo no tengo por qué visitarlos; como no oran conmigo, yo tampoco oraré con ellos;  mientas tenga al Espíritu Santo, no necesito  unirme  con mas cristianos o ministerios;  esos cristianos son un problema prefiero no juntarme a ellos; no tenemos tiempo para perderlo con ellos, van muy atrás en la revelación que nosotros tenemos… y muchos más argumentos que seguramente hemos dicho o escuchado;  pero  como aun estamos para aprender lo que  Jesús nos dijo de queseamos uno solo, estamos obligados a concluir que uno solo,  de acuerdo a la Escritura, es que somos un solo cuerpo, pero con diferentes miembros

 

Pablo nos enseña que tenemos funciones diferentes pero un mismo cuerpo,  y  si el cuerpo unido entre si funciona bien, todo va creciendo uniformemente. Pero hoy  nosotros,  buscamos crecer más que otros; ya mencionado anteriormente, por causa  de nuestros propios deseos humanos, y así no es como la biblia habla,  de que seamos un solo cuerpo.

 

Efesios 2:21  en Cristo, todo el edificio va levantándose en todas y cada una de sus partes, hasta llegar a ser, en el Señor, un templo santo.

Efesios 2:22  en Él también ustedes se unen todos entre sí para llegar a ser un templo en el cual Dios vive por medio de su espíritu.

 

 

Aunque somos diferentes miembros en su Cuerpo: cabeza, ojos, manos, y muchos más entre otros;  podemos decir que estos miembros están dotados de capacidad para servir en la edificación de la Iglesia. Seleccionados y puestos por Cristo para servir como: apóstoles, profetas, maestros, pastores, evangelistas, ministerios de sanidad, liberación, restauración, alabanza, administración, dirección, y una vasta diversidad de servicios. El hecho es que todos debemos de tener la mente de Cristo,  pues Él es la cabeza del cuerpo, como lo dice:

Efesios 1:22  sometió todas las cosas bajo los pies de Cristo, y a Cristo mismo lo dio a la iglesia como cabeza de todo.  

 

Con ese mal, en el que hemos incurrido,  lo primero será reconocer nuestro pecado y pedir perdón; volver al principio, sabiendo que el deseo de Jesús de la unidad de su cuerpo.

He tenido muchas visiones en mi vida de cristiano, pero hay dos que marcaron mi vida  y quiero compartirlo con ustedes:

 

Una de ellas, fue una tarde, entrando la noche me encontraba  orando por un grupo de jóvenes, y de momento,  me vi en un cuarto,  en una grande habitación totalmente blanca; entonces vi un cuerpo desnudo sobre el piso y pregunte: ¿qué es eso Señor?  Y  me dijo: calla y observa

 

Cuando empecé a ver,  de todos los lados de la habitación salían manos y empezaron a desmembrar el cuerpo que estaba sobre el piso; y miraba como le arrancaban la piel, los dedos, las manos,  los brazos… y así,  desmembraban todo el cuerpo parte por parte;  y  dije: Señor,  ¿esto me va a suceder a mí en el ministerio?  y me dijo que  no,  que eso es lo que le estaba  sucediendo al cuerpo de Él; y entonces vi su cara, la expresión de su rostro, lleno de angustia y dolor, y oí como gritaba. Y después me dijo el Señor, que así está pasando con su cuerpo, la iglesia; y que cada uno, estaba haciendo  como quiere con su cuerpo. y enseguida me dijo:  lee Ezequiel 34.   Y fue  allí que pude de comprender todo lo que me mostraba en aquella visión.

 El Señor me empujó a hacer cosas, por promover la unidad de la iglesia; con actividades, eventos,  que estuvieran orientadas a ese fin. También dijo el Señor,  que iba a llegar el momento en donde la iglesia iba a hablar y a vivir  lo mismo y  entonces íbamos a ver su gloria, por causa de launidad de la iglesia, pero que nos tocaría a nosotros, trabajar en esto.

 

La siguiente visión que comento, se me dio en otra ocasión, cuando estaba orando por la iglesia, junto con otra persona;  y empecé a ver el mapa de mi país totalmente verde.  Luego vi al Padre  en medio  del país y dije: Señor, gracias por estar en medio del país… y nuevamente me dijo: calla y observa: y empecé a ver, como de cada rincón del país,  salían hombres. Eran pastores de ovejas vestidos con ropas oscuras, y las ovejas estaban detrás de estos hombres; pero lo que me causó curiosidad, era ver  que las ovejas estaban amarradas y con las orejas caídas y tristes.  Y cuando cada hombre de estos llegaba hacia el centro, vi y oí cuando el Señor les decía: entréguenme mis ovejas… y Él extendía sus manos para recibirlas; pero cada uno de aquellos hombres miraban al Señor y sacudían su cabeza en forma  negativa y se retiraban con las ovejas amarradas;  no hubo ninguno que entregara las ovejas. Entonces miré cuando el Señor levantaba  su mano  y dijo en fuerte voz: ¡alto!… y al instante todos quedaron quietos,  y tomando a cada pastor del cuello, los levantó y los envió lejos. Al mismo tiempo, soltándose las ovejas,  y estas sintiéndose libres, corrieron hacia el Señor; y allí, vi a cada redil,  feliz frente al Padre. Entonces el Padre, señalaba a una oveja de cada redil y esta daba pasos hacia el frente y mientras caminaban, se convertían en hombres jóvenes de vestiduras blancas, a los cuales, el Señor les entregaba una biblia y les decía:ahora sí,  pastoreen mis ovejas… vi que cuando estos hombres avanzaban retirándose,  llamaban a las ovejas y estas les seguían felices. Recordaba que las ovejas reconocen la voz de su pastor.  

Esta visión fue muy confrontante para mí,  pues  Dios habló fuerte a mi vida, y me dijo: es tiempo que cuentes lo que te he mostrado. Yo te llevaré a muchos lugares y hablarás de esto a los pastores e iglesias que vallas y encuentres…

Esto es lo que hago ahora, creyendo que el sueño de Jesús,  es que seamos uno solo, y ese, se ha convertido también en mi sueño. Siempre he agradecido a Dios por esas visiones,  pues estas han provocado que por donde valla, lleve una palabra de unidad  a la iglesia, y contar algunas de las cosas que el Padre me ha revelado por medio del Espíritu Santo.

 Estemos convencidos, que la unidad de la iglesia trae la gloria de Dios  y deseemos ver esa gloria  en todos los lugares por donde la Iglesia vaya. Teniendo en cuenta, que la iglesia; siempre deberá  tener dirección y orden.

Efe 4:2  Sean humildes y amables; tengan paciencia y sopórtense unos a otros con amor;

Efe 4:3  procuren mantener la unidad que proviene del Espíritu Santo, por medio de la paz que une a todos.

Efe 4:4  Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como Dios los ha llamado a una sola esperanza.

 

Una Palabra para Concluir

 

La unidad la encontramos al inicio de la iglesia primitiva y allí encontramos  enseñanza sobre los principios que el Espíritu Santo nos da para la iglesia:

Hechos 2:1   Cuando llegó el día de Pentecostés estaban todos unánimes juntos.

 

La palabra unánimes en el original dice: jomothumadon < de común acuerdo> (de jomos<mismo>; thumos , <mente>). Si vemos esto, dice: la misma menteel mismo pensamiento. Si se piensa lo mismo,  se tiene que hablar lo mismo.  Cuando estaban aquellas personas en aquel aposento, orando lo mismo y pensando lo mismo; se produjo el primer avivamiento de la historia de la iglesia; y el mensaje profético de la biblia nos dice que:la gloria postrera de “esta casa” sería mayor que la primera. Creo que esto es una ley espiritual para el pueblo de Dios; aunque en este tiempo aun vemos las obras mayores, ni que la gloria postrera sea mayor que la primera; y esto, desafortunadamente, es a causa de  que no existe una verdadera unidad en la iglesia del Señor, como El oró que así fuera.  Y esa Unidad, creo que no será cuestión del  toque de Dios  a los corazones, sino de que  cada miembro del cuerpo de Cristo  desee hacerlo. Dios va a conceder ese deseo, porque eso es el deleite de su corazón. 

 

 Sigamos mirando varios ejemplos de lo que hace la unidad, o el estar unánimes:

 

Génesis 11:1 Tenía entonces toda la tierra una sola lengua y unas mismas palabras.

Génesis 11:2  Aconteció que cuando salieron de oriente hallaron una llanura en la tierra de Sinar, y se establecieron allí.

Génesis 11:3  Un día se dijeron unos a otros: «Vamos, hagamos ladrillo y cozámoslo con fuego». Así el ladrillo les sirvió en lugar de piedra, y el asfalto en lugar de mezcla.

Génesis 11:4  Después dijeron: «Vamos, edifiquémonos una ciudad y una torre cuya cúspide llegue al cielo; y hagámonos un nombre, por si fuéramos esparcidos sobre la faz de toda la tierra». 

Génesis 11:5  Jehová descendió para ver la ciudad y la torre que edificaban los hijos de los hombres.

Génesis 11:6  Y dijo Jehová: «El pueblo es uno, y todos estos tienen un solo lenguaje; han comenzado la obra y nada los hará desistir ahora de lo que han pensado hacer.

 

En el verso 1, se lee claramente, que estaban hablando lo mismo  y más adelante se pusieron de acuerdo en lo mismo e hicieron lo que planearon, hasta que Dios  dijo en el verso 6: “el pueblo es uno y nada les hará desistir…, Dios vio que la unidad del pueblo, los iba a llevar al éxito  de sus planes ‘de llegar hasta el cielo’.  Si hoy la iglesia se uniera, así como los tiempos de babel, Dios vería a su pueblo y seguro diría: “este pueblo está unido, son uno y voy a  respaldar y a apoyarlos en todo”.  Si El habló de la forma que lo hizo, cuando vio a un pueblo actuando en unidad con intenciones equivocadas ¿cómo no habría de hacerlo con su pueblo que responde a una de sus ordenanzas mas benéficas que dejó para su seguidores; y es la de buscar y desempeñarnos en unidad? ¿Qué resultados tan gloriosos tendríamos si estuviéramos dispuestos a unirnos conforme a este ejemplo?  Creo que es tiempo de comprobarlo. Lo positivo de babel, es la unidad; y es lo que ahora, la Iglesia está desafiada para ir en busca de ella, en la ciudad, en el país y en el mundo.

 

Vi un ejemplo de esto, unos años atrás en mi país. El gobierno local convocó a una reunión en la plaza principal de Bogotá. Llamaron a todas las autoridades espirituales y religiosas; y cuando estaban presentando a los líderes de cada entidad religiosa; pasaron al de la iglesia católica, al de los testigos de Jehová, al de los mormones; en fin, varios representantes religiosos; así, cuando  tocó el turno a los cristianos, no pasó uno, sino muchos representando su denominación y cristianos nacidos de nuevo. Después le preguntaron a un obispo católico,  que si no le preocupaba como  crecían las iglesias cristianas en el país; y la respuesta fue: me preocuparía el día que ellos se unieran, pero como no están unidos, no tenemos problema.

 

Esta es una cruda realidad que tenemos que enfrentar ahora y romper  con todo espíritu de separación, división o falta de comunión;  recordemos las palabras de Jesús:

Mat 12:25  Sabiendo Jesús los pensamientos de ellos, les dijo: «Todo reino dividido contra sí mismo es asolado, y ninguna ciudad o casa dividida contra sí misma permanecerá. 

 

Confieso que solo por la palabra de Dios y su misericordia, y por lo que Jesús hace, nos sostenemos; pero  tengo la certeza en mi espíritu, que el Señor está colocando este  deseo en el corazón de muchos siervos suyos. Ante esto,  tendremos que dejar el miedo a relacionarnos; deberemos pararnos firmes; hacer constantes convocatorias a la unidad; presentar desafíos al pueblo de Dios.

 

Revaloremos que  tenemos al Espíritu Santo para guiarnos; la Sangre de Cristo para limpiarnos; el Nombre de Jesús para actuar; la Palaba de Dios para ser enseñadnos; sus Promesas para confiar; su Poder y Autoridad  para triunfar  y mucho mas; entonces, ¿por qué no obedecer  lo ordenado por el Señor de Unirnos?

 

Romanos 15:5  Y el Dios de la paciencia y de la consolación os dé entre vosotros un mismo sentir según Cristo Jesús,

Romanos 15:6  para que unánimes, a una voz, glorifiquéis al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo.

Filipenses 2:2  completad mi gozo, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa

Filipenses 1:27  Solamente os ruego que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que, sea que vaya a veros o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio

Hechos  4:24  Ellos, al oírlo, alzaron unánimes la voz a Dios y dijeron: «Soberano Señor, tú eres el Dios que hiciste el cielo y la tierra, el mar y todo lo que en ellos hay.

 

Oro que cada persona que lea esto, el Espíritu de revelación, que es el Espíritu Santo, traiga la verdad al corazón y todos empecemos una cruzada por la unidad del Cuerpo de Cristo. Que podamos tener ‘visión de cuerpo’ y trabajemos por hacer lo que Jesús dijo que hiciéramos: ser uno solo, predicando el evangelio del reino.   

 

  • ·         pidamos perdón
  • ·         actuemos con arrepentimiento genuino
  • ·         demos amor a los demás
  • ·         renunciemos  a la altivez y el orgullo
  • ·         

 

Lo declaro en el nombre del Señor Jesús, con la guía y bajo la unción del Espíritu Santo para dar toda la gloria a Dios el Padre.

Apóstol  John Carrillo

Siervo de Jesucristo.